UNA PÉRDIDA EN PANDEMIA

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La partida de un ser querido siempre trae consigo mucho sufrimiento, en especial cuando sucede de la peor manera. Perdí a mi abuelo por la COVID-19 durante la primera ola de la pandemia y, después de mucho tiempo, pude reunirme junto a mi familia para velar sus cenizas en la que fue su última morada, aquella que solía estar llenar de vida, pero que, ahora, al igual que los objetos que él usaba, tuvo que ser abandonada por la causa de su muerte.